viernes, 23 de noviembre de 2012

RAZONES PARA NO CAMBIARLE EL NOMBRE AL PAÍS

Todos los países del mundo tienen un nombre oficial que no es usado en el lenguaje común. Nunca decimos “Reino de España” o “Estado Plurinacional de Bolivia”, pero eso no quita que sean los nombres oficiales de esos países. De forma similar al nombre de una persona, determinan la identidad de un Estado. Egipto se concibe a sí mismo como una República Árabe y Arabia Saudita, toda vez que es una monarquía, se presenta como la Reino Árabe Saudí. Y sin embargo en todo el mundo se les llama por su “nombre de pila” o nombre común. Ambas denominaciones, la oficial y la coloquial, constituyen la identidad de un pueblo. De la misma forma en que todo buen título de una novela debe contener la esencia de la obra, el nombre oficial de un país debe ser esa ventana al espíritu político de un país. Es por eso que el argumento de muchos a favor de la propuesta de cambiar el nombre oficial de los Estados Unidos Mexicanos a simplemente “México”, en virtud de que el primero no es de uso común, no es un argumento suficiente. 

¿Pero qué intención habría en cambiarlo? Toda propuesta de reforma tiene una intención: buena o mala, ingenua o certera, legítima o ilegítima, pero la tiene siempre. De ahí que no puedo sino cuestionarme cuál fue la intención en este caso. Si bien Felipe Calderón argumentó que el motivo tiene relación con el hecho de que el nombre del país fue adoptado en el marco de una tendencia histórica por copiarle todo a los Estados Unidos, sospecho que la intención pudiera ser otra. Quizá se está buscando generar las bases para ir legitimando un posible cambio de dirección que nos aleje cada vez más de un sistema federal para llegar a un sistema unitario. No puedo dejar de recordar propuestas recientes de ciertos grupos políticos como, por ejemplo, la creación de un mando único de policía o de centralizar ciertas dependencias de gobierno. Quitar del nombre lo “federal” ayudaría a que, en un futuro no lejano, adoptar estar propuestas sea más “legítimo” porque se habría mermado el aspecto federal. No lo sé de cierto, pero podría ser esa una explicación. En todo caso, y atendiendo al argumento de Felipe Calderón, se debió proponer el nombre de “República Federal de México”, como son denominados otros estados con un sistema político de este tipo, como es el caso de la República Federal de Alemania y la República Federativa de Brasil.

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