domingo, 18 de noviembre de 2012

LA RESACA DEL BUEN FIN

Vivimos en un mundo donde la gente ya no utiliza, consume. Los gobiernos garantizan que todos tengan refrigeradores, pero no una buena alimentación. Las personas están más preocupadas por actualizarse en los nuevos modelos de Apple que por actualizarse sobre las realidades del mundo en el que viven. Buscan lo finito, lo que habrá que reemplazar posteriormente; acostumbran adquirir tan pronto como desechan y a necesitar lo que no necesitan. Como si esto no fuese alarmante, el gobierno ha gastado cerca de $150 millones de pesos en campañas publicitarias para anunciar el “Buen Fin”. Esta estrategia adoptada de los Estados Unidos – la sociedad más consumista a nivel mundial – asegura tener como objetivo “mejorar la calidad de vida de todas las familias mexicanas”. Fueron $150 millones de pesos para promover un esquema que llama al nivel de consumo “nivel de vida”. Esa vida de consumo es la misma que hoy día tiene a cada familia de Estados Unidos con una deuda promedio de $15,799 dólares. Nuestro gobierno financió la falsa idea de que la calidad de vida llegaría incluida con los iPads, zapatos, computadoras e innumerables etcéteras que nunca creímos que necesitábamos o que eran urgentes hasta que llegó el “Buen fin”.

Incluso las “ofertas” no lo fueron realmente. 
De acuerdo con la UNAM, aproximadamente 75% eran facilidades de pago con tarjetas de crédito. El negocio no fueron las compras, sino las deudas generadas por éstas en los próximos meses. Esa es la resaca del “Buen Fin”: una sociedad consumida por su propio consumo. Todo lo anterior, junto con el adelanto de aguinaldo promovido por el gobierno, garantizará el endeudamiento de los trabajadores. He ahí el precio para alcanzar el “nivel de vida” de acuerdo con el Black Friday. 

Alguien me comentaba que estos efectos del “Buen Fin” se deben a que hace falta tener una “cultura del crédito” y “saber que no es dinero extra”. Coincido en esencia, pero el Estado no deja de ser cómplice de esas deudas. ¿Acaso la responsabilidad de cada fumador de cigarros respecto a su salud libraría de responsabilidad a un gobierno que promueva el consumo del tabaco? En todo caso, me parece que esos $150 millones pudieron usarse para impulsar esa supuesta “cultura del crédito”. Pero claro, eso no representa ganancia para los verdaderos beneficiarios del “Buen Fin”.

No hay comentarios: