jueves, 28 de octubre de 2010

Habitad

Cuando la habitación

de día por fin comienza a menguarse ,

Mérida es paredón

donde mi frágil cuerpo

aturde a la noche sin levantarse.


Matemos la ciudad

con sangre de guano y flamboyán,

fauna lunar.



Cuando la habitación

oscurece aún sin desnudarme,

etérea comunión

de labios como espejo,

latido de un templo por derrumbarse.


Matemos la ciudad

con sangre de guano y flamboyán,

fauna lunar.


Se masturba un domingo

frente al fantasma de un día suicida.

Sediento va el camino

buscando sin hallarse

entre las horas y las avenidas.


Matemos la ciudad

con sangre de guano y flamboyán,

fauna lunar.


Ciudad blanca en gemidos;

Ciudad fetiche, estatuas militares;

Ciudad del “tuyo y mío”;

Ciudad, gastas la vida;

Ciudad viril de espectros habitantes.


Ciudad falta de ruido;

Ciudad fuente de misas y de altares;

Ciudad, no voy contigo;

Ciudad todo se olvida;

jodida entre todas nuestras ciudades.


Bastarda es la ciudad

con sangre de guano y flamboyán:

puta solar.

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