jueves, 14 de octubre de 2010

Real de Guadalupe

Las gringas vienen a ver a Marcos.

No han venido por mí,

aunque sí existo y pueden tocarme

bajo la luna gris

de sus labios. Quieren sangre en luto

que yo no puedo darles.

Tal vez deba vestirme de hippie

o desgarrar mi acento,

mostrar los montículos, gritarles:


Ahora soy un hombre,

despojo a voces, un sacramento,

el peatón de la muerte.

Gota ausente en el subcomandante,

el flanco aún sin nombre,

proyectil sediento por el hambre.

Desmantelen mis armas,

hoy pueden correr entre mis huesos,

hoy pueden desahuciarme”.


Pero la chamulita me ha dicho

que ya no me moleste;

que las gringas se pierden por marcos,

nunca por un peatón.

Yo que no tengo un pasado ecuestre,

ni balas que me esperen

varado en Real de Guadalupe,

absorto en lo que soy,

pienso en ir y comprarme una runa,

en repartir mis miembros

por las callejuelas que aún fluyen:


Pinche Marcos de mierda,

con la furia en tus verdes ramas

cualquiera es comandante.


Aprendo a mear junto a los perros,

sigo esperando ese destello

y guardo mis caracoles

por falta de pudor.


(San Cristobal de las Casas, mayo 2010)




Epílogo 1: El tiempo transcurrido, los logros y el prestigio que ha alcanzado el Centro Educativo Piaget como institución (constituyéndose, a mi criterio, como una de las dos mejores escuelas de nuestro estado) se debe, en una buena parte, a la gestión de Beatriz Cáceres Peniche, quien fuera directora y fundadora del plantel Primaria. Descanse en paz después de una vida de gran trabajo y esfuerzo.

Epílogo 2: Sigue en pie la publicación del libro Hojas en el cenicero. La burocracia (como suele pasar) ha retenido un poco el proceso, pero espero esté listo y disponible a finales de éste año.

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