miércoles, 13 de noviembre de 2013

MÚSICA Y MOVILIDAD SOCIAL

Este miércoles se estrenó “Multi_Viral”, canción compuesta por el grupo boricua Calle 13 y el australiano Julian Assange. Es más que evidente la intención de su letra: simplificar la agenda universal en torno al creciente debate sobre el derecho a recibir información. Con frases como “una noticia mal contada es un asalto a mano armada” y “your lies tell us the truth we will use against you” (tus mentiras nos dicen la verdad que usaremos en tu contra), este sencillo pareciera un inventario de las críticas generalizadas en redes sociales; no únicamente en ellas, pero sí catapultadas a partir de ellas. Pero no es el objetivo de estas líneas hacer una reseña inútil sobre aquello que puede ser fácilmente escuchado por el lector a través de internet. Más bien, quisiera hacer una breve reflexión acerca del contexto en el que esta canción es estrenada. 

¿Qué papel juega la música en la dinámica social? La pregunta en sí misma pareciera estar destinada al fracaso al ser un análisis imposible de abordar en tan pocas líneas. Sin embargo, no es superfluo cuestionarse si son los movimientos sociales los que necesitan a la música o es ésta la que necesita de ellos. Desde los corridos en la Revolución Mexicana y Silvio Rodríguez durante la Guerra Fría en América Latina, hasta John Lennon en la Guerra de Vietnam y el “American Idiot” de Green Day durante la época Bush, los puntos más álgidos de movilización social han llegado con su aparejada e inevitable música de fondo. Por supuesto, no estoy diciendo que esta canción de Calle 13 vaya a convertirse en un himno. El punto al que trato de llegar es este: las canciones “de protesta” (por llamarlas de algún modo) han tenido éxito más allá de su propia capacidad “comercial”. Más bien, han tenido éxito como un síntoma de aquello que se denuncia es un sentimiento compartido por una colectividad. 

Volviendo al ejemplo de Calle 13 – sólo como botón de muestra y no punto de referencia –, si bien este dúo puertorriqueño dio a conocerse a partir de la comercial “atrévete tete” (con la cual se sospechaba que se trataban de un one-hit-wonder), su verdadero éxito y consagración no llegó sino hasta su disco “Que entren los que quieran”, en el profundizaron en temas de denuncia y crítica a diferentes gobiernos. No es extraño que este disco se haya popularizado entre la juventud ávida por participar en movimientos, marchas y proyectos sociales en el hemisferio. Canciones como “Latinoamérica” y “Calma pueblo” concentraban ideas dispersas que algunos (o muchos) adoptaron como banda sonora para la realidad política a la que se enfrentaban. Prueba de ello es el hecho de que distintas frases de ese disco figuraron en pancartas y porras durante las marchas el movimiento #YoSoy132. 

No sé –y en estos momentos no es relevante- si esta canción tendrá éxito o si Calle 13 seguirá de moda. Lo que sí importa es revalorar la música como pulso social. Tristemente, eso me lleva a muchas conclusiones respecto de música deplorable que ocupa la mayor parte de las horas de radio.

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